martes, 8 de enero de 2013


martes 8 de enero de 2013
"La impostura en política"
La impostura como "engaño con apariencia de verdad" es una práctica excesivamente utilizada por parte de los gobiernos, aquí tanto del Gobierno central como el de la Generalitat de Catalunya, cuando se proclama o se incluye en los programas lo contrario de lo que se lleva a la práctica y ello sin consultar a la ciudadanía sobre los referidos "cambios".
Enrique Fossoul.
Enrique Fossoul.
Enrique Fossoul, secretario general de FSC-CCOO
Así hemos podido comprobar cómo el gobierno Rajoy, sometido al dictado de los mercados, la patronal, la UE o de la troika, estructuras todas ellas que no han pasado por "las urnas", ha puesto en marcha y ha impuesto una política de "austeridad" o "recortes", sobrepasando incluso las líneas rojas que se incluyeron en el programa de gobierno para las elecciones de 2011 o las que, por su parte, definió en el debate de investidura el propio Mariano Rajoy.

Todo ello lo hace justificándolo con vagas ideas , de su acervo cultural conservador, como que "los recortes de hoy son la inversión del mañana" o que se debe reconducir la situación porque "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades" o lo que es lo mismo "que se han despilfarrado recursos públicos", falacias todas ellas que no explican a la ciudadanía la verdadera realidad en cuanto a sus intereses, no coincidentes con los generales de la sociedad, o sus ansias privatizadoras, ampliamente demostradas.

Y cuando se levantan voces que cuestionan estas "verdades" las tapan imponiendo su pensamiento único que da coherencia a sus actos y decisiones, o simplemente las ignoran, las acallan o las persiguen con todos los medios a su alcance.

Aunque la última moda es acudir a la tradición judeocristiana, de la que son buenos representantes, como han hecho recientemente el ministro Gallardón, aludiendo a que "en tiempos de crisis sólo se puede repartir dolor", cuando justificaba su imposición del "tasazo judicial" que dificulta o imposibilita a la ciudadanía a defenderse contra decisiones o sentencias que les perjudiquen y que quieran recurrir, dejando este derecho limitado a los que disponen de suficientes recursos económicos.

Un recurso dialéctico que nos recuerda al de aquellos "curas franquistas" que, ante las protestas de los que nada tenían y nada perdían, por ello, en la lucha, les "calmaban" con aquello de que "en el cielo todos seremos iguales"… infiriendo que solo teníamos que esperar a morir para lograr la plena igualdad y la completa felicidad.

Pues bien en nuestra Catalunya, las cosas no san tan explícitas en el terreno ideológico porque en CiU solo hay una pequeña componente judeocristiana. Todos sabemos cuál es. Pero hay otras formas de justificar la política de recortes impuesta por el gobierno Mas.

Ello con contradicciones evidentes cuando se han sufrido recortes en el sistema educativo o el sistema sanitario, o en las prestaciones sociales, congelación salarial y de plantillas en el sector público, todas ellas imputadas por el Gobierno Mas al "malvado" centralismo que le ha orientado o impuesto dónde recortar, pero que, demostrando su ejercicio de autonomía incrementa los recortes, por ejemplo como dos pinceladas, un 10% en 2011 y un 1,8% en 2012 en investigación, que han supuesto una caída de patentes en Catalunya del 23% desde 2009 o la pérdida de casi 5.700 empleos en las administraciones catalanas desde que comenzó a gobernar Artur Mas, con el consiguiente deterioro en la calidad de los servicios prestados.

Unos recortes que, iniciada "la gran marcha" hacia la independencia, varían en algunos aspectos como el rechazo a trasladar a Catalunya el pacto local que PP y PSOE están ultimando para "desinflar" el aparato político de las administraciones locales, para evitar la rebaja de los sueldos de los alcaldes, aludiendo a que éstos no pueden ni deben regularse por ley, mientras continúan recortando por ley los salarios de los empleados públicos catalanes, congelando o reduciendo sus plantillas, empeorando sus condiciones de trabajo y, en un último esperpento el señor Mas Collel ofrece a los sindicatos negociar una nueva congelación o reducción salarial para evitar "el dolor" de tener que ejecutar "más despidos".

Sí, en eso se parecen a las justificaciones del Gobierno central, pero en otras justificaciones son más graciosos, como cuando deciden subir algunos impuestos por "motivos de salud" como ¡el de los refrescos o bebidas con gas! o cuando lo referido a los sueldos de los regidores lo amparan en su capacidad de autogobierno. 

Señores del gobierno sean ustedes un poco más serios y argumenten a las duras y a las maduras lo del interés general o lo de que estas medidas de hoy nos garantizarán un futuro mejor, porque en su caso no hace falta acudir a la religión, siempre pueden ustedes aludir a que "todo este sacrificio lo tenemos que hacer para alcanzar antes la independencia" y entonces como en el "cielo de los creyentes" todo se arreglará y volveremos a disponer de sanidad y enseñanza públicas de calidad, cubriremos nuevamente la dependencia, mejoraremos en protección social, las personas trabajadoras a su servicio dispondrán de salarios suficientes y condiciones de trabajo dignas…. y que la economía catalana se reactivará generando miles de puestos de trabajo. Es decir por favor prométanos sr Mas el cielo independiente y le seguiremos como los hebreos siguieron a Moisés hasta la tierra prometida.

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